Una nación, un equipo. Una oración
El equipo Puertorriqueño se merece nuestro respecto y nuestra felicitaciones. Han llegado allí por la puerta grande al vencer a un equipo de Japón considerado invencible teóricamente. Es una proeza encamino de ser una leyenda.
Facilidades Puerto Rico. Llegar no ha sido fácil y no se supone que lo sea y, en ese sentido para los dominicanos ha sido diferente pero no distinto pues sí da trabajo llegar perdiendo mucho más trabajo da llegar invicto, venciendo primero, los fantasmas de a nuestras propias inseguridad.
Deseamos suerte para nuestro adversario. Puerto Rico se gano nuestra admiración y esperamos que conserven nuestra admiración que los dominicanos- con una humildad casi Argentina- conservaremos el trofeo.
Es obvio que no hay ironía en el párrafo anterior. En este tampoco.
Recibamos a los Boricuas como se recibe una tambora... y después, claro, con brazos abierto de hermandad... solo después que ganemos.
Amén