La Fiesta del Chivo de Univisión

Por Anthony Pérez–Díaz 

Ha causado gran revuelo en la comunidad dominicana en Estados Unidos el estreno de la ‘serie’ de televisión El Chivo, supuestamente basada en el régimen del dictador Rafael Leónidas Trujillo, que se transmite de lunes a jueves por el canal Unimás, de la cadena de televisión Univisión.

Lo que llama poderosamente la atención no son las imprecisiones, invenciones o ‘graciosas’ libertades que se tomaron los realizadores de esta telenovela, sino la grosera y apabullante falta de autenticidad y de rigor dramático y/o cinematográfico.

Esta coproducción de Univisión y de la productora colombiana RTI,  es tan solo un melodrama cursi y barato igual que esos con los que la cadena de televisión acostumbra a encandilar y adormecer a incautos y ociosos.

Presuntamente, el serial televisivo es una adaptación de la aclamada obra del escritor peruano Mario Vargas llosa, pero hasta ahora luego de casi dos semanas de trasmisión, no parece haber mucha similitud entre una obra y otra, si obviamos el personaje ficticio de Urania Cabral y el de su padre Agustín.

Los problemas de El Chivo son tan variados y abundantes que uno no sabría ni por dónde empezar. No se trata simplemente de un problema de pobres actuaciones ni de locación o lugar de filmación. Van mucho más allá.

Tampoco es un problema de acento o de ausencia de delimitación espacio temporal; y mucho menos tiene que ver con la inexistencia del más leve sentido de emoción, de suspenso o simplemente de una atmósfera que atrape y transporte en el tiempo al espectador.

No. De lo que precisa y pide a gritos este serial es de rigor, rigor, un poco de respeto  por la Historia y más rigor. Como personaje histórico, Trujillo fue un dictador sanguinario y despiadado tan detestable como el que más, pero no por ello debe uno estar complacido con esta deplorable caricatura con ínfulas de playboy.

¿Y es que de nada han servido las lecciones recientes vertidas por ‘The Wire’, BoardWalk Empire’ o ‘Downton Abbey’?

El Chivo no es una película sobre el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo Molina. Tampoco es un documental y mucho menos una reportaje visual sobre el tristemente célebre personaje.

Es simplemente un culebrón petulante y fantasioso. Un desaguisado sin apego a ningún fundamento narrativo o cinematográfico que ni convence, ni cautiva y mucho menos interesa. 

10/2/14